Entrar a un cuarto, el de tu niñez, salir por una puerta, que te lleva a un cuarto oscuro…entrar a ese patio viejo, en los que dejé el alma de chico soñador e hice los mejores amigos de mi vida…otra vez salir, salir a esas calles llenas de gente.
En la noche, entre a un cuarto extraño, había tanta paz, tantos viejos que se reencontraban para conversar y recordar, el motivo de su reunión no importa, tal vez el dolor puede esperar, lo que importa son los recuerdos (tan ingratos), esos que te pueden llevar a la muerte. (Grande Bryce)
Y yo aquí, dándome cuenta de lo que es la vida, algo tan simple como entrar y salir; yo aquí, sin saber en que cuarto estoy ahora… qué cuarto es el de ayer…qué cuarto es el de mañana, y es que no quiero que Prudencio Aguilar me toque el hombro y me lleve a la confusión total.
Realmente hoy lo único que quiero es ir de la mano contigo, sin importar en que cuarto estemos.
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