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Estudiante de Comunicaciones y casi Ingeniero de Sistemas. Los placeres que me producen orgasmos son: la música, la lectura, y la fotografía. Declarado hace varios años como un aspirante a NADA.

jueves, 20 de noviembre de 2008

CELEBRAR

Las fechas especiales son sólo números que celebramos. Al final el mundo está tan jodido que siempre buscamos cualquier pretexto para celebrar, así sea solitos y el abrazo fraterno te lo tengas que dar tu mismo.
Quise hacer coincidir este post con el 17 de noviembre para celebrar el primer aniversario de la despedida (que fue más cruel y dolorosa de lo que había planeado), pero mejor me aguanté unos días para tener otro pretexto para celebrar.
Hoy quiero celebrar por la soledad, esa soledad que te arrastra mientras todos celebran, hoy quiero celebrar por haber descubierto a Nacho Vegas, hoy quiero celebrar porque me viste y no me hablaste, hoy quiero celebrar por no tener talentos, hoy quiero celebrar por mis amigos, por los que veo siempre y por los que se hacen extrañar (aguante GORDA), hoy quiero celebrar por el premio que no recibiré, hoy quiero celebrar por los extraños que llegan solos al bar, hoy quiero celebrar por ti que sales a las fiestas mientras otros dan vueltas en su cama sin poder dormir, hoy quiero celebrar por Yan que me sorprendió con su canto, hoy quiero celebrar por los derrotados por la rutina, hoy quiero celebrar por los borrachos que buscan ahogar sus penas, hoy quiero celebrar por los frustrados que aún tienen optimismo, hoy quiero celebrar por los suicidas del mundo, hoy quiero celebrar por Bunbury que dice “sí pensara menos con la cabeza, menos con el corazón y más con la entrepierna el triunfo del amor”… ah, y también quiero celebrar por los 100 post de este pobre huevón en esta pequeña existencia.

martes, 18 de noviembre de 2008

LUNAS

"...Nada se detiene, sólo vivo para ti.
Dame sólo un beso que me
alcance hasta morir,
confieso que me duele
ya no mirarte a los ojos.
Luna, no me abandones más
tiendo a recuperarme
en la cuna de tus cráteres..."
(Luna - Zoé)

Ya no tengo miedo de ese sueño recurrente. Hoy ya no importa si la luna se vuelve a caer...

sábado, 15 de noviembre de 2008

SEIS AÑOS

Y nos volvimos a encontrar tal como lo habías pronosticado hace seis años.
“Seis largos años” me dijiste mientras nos abrazamos. Yo pensé que el tiempo no es ni mierda, porque esos seis años para mi fueron todos iguales, siempre la misma rutina.
“Ya ves, aquí me tienes huevón hecho todo un profesional”, me dijiste mientras caminábamos por las mismas calles, las calles en las que hace seis años perdíamos el tiempo viendo pasar a las mejores hembritas de la ciudad. Yo pensé que el tiempo no es ni mierda, porque esas calles seguían iguales y yo las tuve que cruzar una y otra vez solo, sin el abrazo amigo que me diga cual era el camino correcto.
“Conocí a una flaca de la puta madre y me casé”, me dijiste mientras destapabas la primera cerveza de la noche. Yo pensé que el tiempo no es ni mierda, porque esa cerveza se parecía tanto a todas las putas cervezas que me tomé durante esos seis años mientras esperaba el amor sentado en el mismo bar de siempre, en la misma mesa de siempre reservando la silla que nunca se ocupó, esa silla en la que siempre te sentabas tú.
“Ahora viajo por todo el mundo… tú sabes, el trabajo”, me dijiste mientras pagabas la cuenta y ponías punto final a la noche porque tenías que viajar muy temprano al día siguiente. Yo pensé que el tiempo no es ni mierda, porque en esos seis años no había podido llenar ni la quinta parte de la cuenta bancaria que tenías, y me mantenía firme y misio en un trabajo de mierda que realmente me apasionaba, pero que sólo me dejaba lo suficiente para un par de libros y para llegar rezando a fin de mes tratando de estirar mi efímero sueldo.
“¿y tú, que fue de tu vida?”, me dijiste mientras llegábamos al lujoso hotel donde te hospedabas. Yo quise decirte que el tiempo no es ni mierda, que en esos seis años me había enamorado una vez, y tenía miedo de nunca olvidar a esa mujer, que había estudiado una carrera que siempre odié, que estaba decidido a nunca casarme y que así como tú también conocí a una mujer de la puta madre, pero porque siempre fui un maricón nunca decidí nada, que nunca pude salir de este país de mierda aunque siempre lo quise, y que esa noche iba a regresar caminando a casa porque no tenía un sol en los bolsillos para pagar un taxi…pero sólo atiné a decirte “seis largos años…” mientras nos abrazamos con la seguridad de que todo había cambiando tanto y nunca más nos volveríamos a ver.