Vestido como intelectual esperando que me mandes el mensajito ese que me prometiste para ver si salíamos a conversar un rato. Revisando ese puto celular cada minuto para ver si no sentí el mensaje, para ver si no se quedó sin batería, pareciendo tía treintona que se le va el tren, esperanzado a esa señal tuya que nunca llega.
Si yo sólo quiero caminar contigo y sentir ¿mariposas? en el estómago, pero al darme cuenta de que hoy no habrá mensaje no siento mariposas sino siento que te quiero mandar a la mierda y odiarte para siempre, pero eres tan linda que sé que no podré.
Sin crédito en ese aparatito de mierda, sin un sol en el bolsillo para ir al teléfono público de telefónica, y gracias a Tongo saber que la llamada cuesta una china, y escuchar tu voz por un efímero minuto que en realidad son 50 segundos, 50 orgásmicos segunditos en los que me dices que tienes que cuidar a tu abuela, o que tienes mucho por estudiar, o que tu mamá no te da permiso, o las tres excusas juntas, y yo pensando mil estrategias para tratar de verte, pero al final la llamada termina, pero no con ella el amor que éste cada vez más ilusionado huevonaso va sintiendo por ti, mi amada y excusada dama, por que las excusas yo te las excuso para sentir que mañana por fin te atreverás a llamarme y decirme que aceptas ir a dar una vuelta conmigo, que chucha aunque sea a la esquina de tu casa a comprar el pan, que si quieres de paso lo pago yo.
Otra mañana más y tú nada de manifestarte mi princesa de chocolate, que cada día supongo se derrite un poquito más. Me llega al chopin ser ese eterno ilusionado que siempre da esperando recibir, aunque sea un besito chiquito con sabor a nada, sólo para sentir que quieres un poquito conmigo, sólo para atreverme a robarte un pico al momento de despedirnos cuándo me digas que ya es tarde y que te cagas de sueño, lo sé, este looser te aburrió más que los documentales de History Channel. Sí me atreviera a robarte ese besito que al día siguiente se iría convirtiendo además en abrazito y cogidita de cintura, para que a la semana se cambie por una arrinconadita contra la pared, y para que en menos de un mes se canjee con un vale en un telo de 15 lucas no más para ese ansiado encuentro cuerpo a cuerpo, para dejar de una vez por todas de estar como perrito en azotea.
Por mi madre que mañana te jodo todo el día a punta de mensajitos ridículos y llamadas melosas con tal de salir contigo, acompañarte a tu casa y darte ese besito que signifique el inicio del fin de lo que algún día será.
Si yo sólo quiero caminar contigo y sentir ¿mariposas? en el estómago, pero al darme cuenta de que hoy no habrá mensaje no siento mariposas sino siento que te quiero mandar a la mierda y odiarte para siempre, pero eres tan linda que sé que no podré.
Sin crédito en ese aparatito de mierda, sin un sol en el bolsillo para ir al teléfono público de telefónica, y gracias a Tongo saber que la llamada cuesta una china, y escuchar tu voz por un efímero minuto que en realidad son 50 segundos, 50 orgásmicos segunditos en los que me dices que tienes que cuidar a tu abuela, o que tienes mucho por estudiar, o que tu mamá no te da permiso, o las tres excusas juntas, y yo pensando mil estrategias para tratar de verte, pero al final la llamada termina, pero no con ella el amor que éste cada vez más ilusionado huevonaso va sintiendo por ti, mi amada y excusada dama, por que las excusas yo te las excuso para sentir que mañana por fin te atreverás a llamarme y decirme que aceptas ir a dar una vuelta conmigo, que chucha aunque sea a la esquina de tu casa a comprar el pan, que si quieres de paso lo pago yo.
Otra mañana más y tú nada de manifestarte mi princesa de chocolate, que cada día supongo se derrite un poquito más. Me llega al chopin ser ese eterno ilusionado que siempre da esperando recibir, aunque sea un besito chiquito con sabor a nada, sólo para sentir que quieres un poquito conmigo, sólo para atreverme a robarte un pico al momento de despedirnos cuándo me digas que ya es tarde y que te cagas de sueño, lo sé, este looser te aburrió más que los documentales de History Channel. Sí me atreviera a robarte ese besito que al día siguiente se iría convirtiendo además en abrazito y cogidita de cintura, para que a la semana se cambie por una arrinconadita contra la pared, y para que en menos de un mes se canjee con un vale en un telo de 15 lucas no más para ese ansiado encuentro cuerpo a cuerpo, para dejar de una vez por todas de estar como perrito en azotea.
Por mi madre que mañana te jodo todo el día a punta de mensajitos ridículos y llamadas melosas con tal de salir contigo, acompañarte a tu casa y darte ese besito que signifique el inicio del fin de lo que algún día será.
1 comentario:
un camino de mil kilómetros, siempre inicia con el primer paso... keep walking, keep trying
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