Quiero hacerla un cuadrado, deformarla en un triangulo
pero la vida siempre vuelve a su forma circular.
(El Ciclón - Café Tacuba)
No tomas conciencia de que todo vuelve a ser igual que antes.
Los tres chicos (ahora ya no tan chicos) que un día se empezaron a conocer con alcohol y hablaron de todo, pero sobre todo del amor y la amistad, esa amistad que un día se fue opacando justamente por el amor, esos tres chicos se volvieron a unir, ya sin amor y dispuestos a sentir su amistad. Esa noche fría me hizo acordar un poquito el tiempo que pasa (cuatro años atrás) cuando parábamos juntos todo el día riendo por cualquier estupidez. La noche de antes de ayer reímos como antes, pero esta vez nos reímos sobre todo del amor.
La esperanza dio paso a la ilusión y luego llegó la confianza que un día de diciembre se fue a la mierda, después de haber escuchado tantos comentarios que yo me negaba a creer porque simplemente no podían ser ciertos, pero el hecho de comprobarlo por mi mismo no hizo que me de cuenta y aún lance algunos manotazos de ahogado para poder salvar lo nuestro. El tiempo pasa tan rápido que siento que fue ayer y todavía no te olvido. Los comentarios que tanto me desvelaron e hicieron que desfogue mi mal humor con la gente que quiero volvieron esta semana… ayer la vi con tal, la semana pasada estuvo tomando hasta no sé que hora, dice que va a ver que sucede con ese pata... Felicitaciones, todo vuelve a ser como antes, y "el desorden" se instala otra vez en tu vida. Yo mejor voy buscando algún somnífero para no angustiarme mientras pienso observando el techo de mi cuarto.
Las tardes – noche eran insoportables. Me pasaba factura la abulia y las pocas fuerzas que tenía sólo servían para llegar a mi cuarto, buscar el discman y encerrarme en mi pequeño mundo de conformismo con la música a todo volumen. Hace dos meses la abulia regresó, y esta vez lo hizo con mucha más intensidad que antes, se apoderó de mí y sólo se va cuando tengo en mis manos un vaso con alcohol. Las ganas de nada que tengo todos los días me hacen acordar tanto a esos atardeceres que viví hace años y que tanto temor me dan.
Fue abril del 97 (y yo sí me acuerdo…) cuándo llegó a mis manos un cassette pirata de un genio – loco – maestro que unos días después se volvió ídolo. El magistral unplugged de Charly me hizo reír, pero sobre todo me hizo llorar de emoción al notar que este loco expresaba lo que los simples mortales podemos sentir y casi nunca podemos expresar. El tiempo pasó y mis discos que con tanto ahorro (y regalos de mi cochecito lindo) había conseguido se quedaron en un cajón (muy cerca al cajón de recuerdos) hasta que la semana pasada nos reencontramos. Charly seguía tan loco como nunca y yo seguía sintiéndome tan identificado con sus letras (“…es hoy tal como ayer, desaparecer, es como sonreir…”) Regresé a la esencia de la música que me hace sentir, (“y tal vez tu auto chocó la otra mañana y recién extrañarás a tu pequeño perro el día de su cumpleaños”) y otra vez a llorar…
Fueron decenas de intentos fallidos que casi siempre morían en mi cabeza, muy pocas me atreví a decírselo a mi viejo, lo que si nunca me atreví fue dejar la U. Me dejé arrastrar por tanto tiempo sin saber que hacer ni a donde ir que nunca tuve fuerzas para decir “no va más, esto no es lo mío”. Terminé algo (por fin no dejé algo a medias) pero sin ningún motivo y ninguna motivación. Hoy cuando me falta un año para terminar otra carrera me entran unas ganas inmensas de mandar todo a la mierda y empezar todo de nuevo. Sé que no lo voy a hacer, siempre puede más el miedo a fracasar que el querer intentar, así que sólo estoy a un año de ser Comunicador y espero que esta vez no me vuelva a sentir como cuando recibí el título de Ingeniero, sintiendo que perdí tanto tiempo por la hueva…
Los tres chicos (ahora ya no tan chicos) que un día se empezaron a conocer con alcohol y hablaron de todo, pero sobre todo del amor y la amistad, esa amistad que un día se fue opacando justamente por el amor, esos tres chicos se volvieron a unir, ya sin amor y dispuestos a sentir su amistad. Esa noche fría me hizo acordar un poquito el tiempo que pasa (cuatro años atrás) cuando parábamos juntos todo el día riendo por cualquier estupidez. La noche de antes de ayer reímos como antes, pero esta vez nos reímos sobre todo del amor.
La esperanza dio paso a la ilusión y luego llegó la confianza que un día de diciembre se fue a la mierda, después de haber escuchado tantos comentarios que yo me negaba a creer porque simplemente no podían ser ciertos, pero el hecho de comprobarlo por mi mismo no hizo que me de cuenta y aún lance algunos manotazos de ahogado para poder salvar lo nuestro. El tiempo pasa tan rápido que siento que fue ayer y todavía no te olvido. Los comentarios que tanto me desvelaron e hicieron que desfogue mi mal humor con la gente que quiero volvieron esta semana… ayer la vi con tal, la semana pasada estuvo tomando hasta no sé que hora, dice que va a ver que sucede con ese pata... Felicitaciones, todo vuelve a ser como antes, y "el desorden" se instala otra vez en tu vida. Yo mejor voy buscando algún somnífero para no angustiarme mientras pienso observando el techo de mi cuarto.
Las tardes – noche eran insoportables. Me pasaba factura la abulia y las pocas fuerzas que tenía sólo servían para llegar a mi cuarto, buscar el discman y encerrarme en mi pequeño mundo de conformismo con la música a todo volumen. Hace dos meses la abulia regresó, y esta vez lo hizo con mucha más intensidad que antes, se apoderó de mí y sólo se va cuando tengo en mis manos un vaso con alcohol. Las ganas de nada que tengo todos los días me hacen acordar tanto a esos atardeceres que viví hace años y que tanto temor me dan.
Fue abril del 97 (y yo sí me acuerdo…) cuándo llegó a mis manos un cassette pirata de un genio – loco – maestro que unos días después se volvió ídolo. El magistral unplugged de Charly me hizo reír, pero sobre todo me hizo llorar de emoción al notar que este loco expresaba lo que los simples mortales podemos sentir y casi nunca podemos expresar. El tiempo pasó y mis discos que con tanto ahorro (y regalos de mi cochecito lindo) había conseguido se quedaron en un cajón (muy cerca al cajón de recuerdos) hasta que la semana pasada nos reencontramos. Charly seguía tan loco como nunca y yo seguía sintiéndome tan identificado con sus letras (“…es hoy tal como ayer, desaparecer, es como sonreir…”) Regresé a la esencia de la música que me hace sentir, (“y tal vez tu auto chocó la otra mañana y recién extrañarás a tu pequeño perro el día de su cumpleaños”) y otra vez a llorar…
Fueron decenas de intentos fallidos que casi siempre morían en mi cabeza, muy pocas me atreví a decírselo a mi viejo, lo que si nunca me atreví fue dejar la U. Me dejé arrastrar por tanto tiempo sin saber que hacer ni a donde ir que nunca tuve fuerzas para decir “no va más, esto no es lo mío”. Terminé algo (por fin no dejé algo a medias) pero sin ningún motivo y ninguna motivación. Hoy cuando me falta un año para terminar otra carrera me entran unas ganas inmensas de mandar todo a la mierda y empezar todo de nuevo. Sé que no lo voy a hacer, siempre puede más el miedo a fracasar que el querer intentar, así que sólo estoy a un año de ser Comunicador y espero que esta vez no me vuelva a sentir como cuando recibí el título de Ingeniero, sintiendo que perdí tanto tiempo por la hueva…
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